¿Un matrimonio a la italiana? ¡No pues, un matrimonio a la ecuatoriana! En una hacienda centenaria, con instalaciones que te llevan al pasado, en uno de los lugares más pintorescos y especiales de los Andes, Cusín es mucho más que un hotel. Es historia viva.
Un museo: cada espacio lleno de tapices, bargueños, íconos religiosos, pan de oro, cuadros barrocos, esculturas, antigüedades y decoración única que hace fácil imaginar la vida hace 400 años, cuidadosamente mantenido y preservado para el deleite de ojos modernos y el lugar idílico para celebrar el día más especial de una vida.
El escenario al aire libre es el increíble Jardín del Cedro, un espacio infinitamente verde lleno de plantas, flores y un cedro de 300 años en el medio, a la sombra del cual se ubica un altar. Bocaditos en la biblioteca y un coctel de bienvenida para los invitados mientras esperan la salida de los novios son la antesala perfecta. El verdadero sueño hecho realidad.
Si se decide por una fiesta puertas adentro, el brindis post ceremonia se puede realizar en el jardín del Monasterio. La luz pasa tenuemente por entre las pequeñas ventanas que rodean el espacio, un lugar íntimo para bodas pequeñas. El esplendoroso Salón Cotacachi se destaca por su altar turquesa, una de las últimas adquisiciones de la hacienda, hecho en su totalidad en San Antonio de Ibarra; pintado a mano por el artista Manuel Araya quien no tuvo reparo en inventar cuyes y vaquitas aladas.
El salón de baile se encuentra al otro lado del patio interno del Monasterio, con capacidad aproximada para 100 personas. La pared externa de este salón está pintada a mano, la cual cuenta un cuento de ángeles, demonios, animales y personajes de la hacienda, libre para la interpretación de cada invitado.
En Cusín, uno podrá escoger su velada ideal. Sin ofrecer “paquetes” matrimoniales, cada detalle es evaluado y personalizado. Los novios definen qué quieren y cómo lo quieren y a partir de eso se hace una propuesta especial. El experimentado chef de la hacienda crea el menú para las bodas. La pareja podrá probar un menú de degustación antes de la misma y definir cualquier cambio. De manera complementaria, la hacienda entrega una habitación a la novia para su uso personal antes de la boda (proveen servicios de peluquería y maquillaje) y una habitación para la luna de miel.
Cuando los novios y sus invitados vienen del extranjero, Cusín organiza tours con un guía bilingüe y un transportista. Los paseos se pueden hacer a través de la fantástica provincia de Imbabura; al mercado de Otavalo y sus valles artesanales de Peguche o San Rafael, donde las mismas familias artesanas realizan la visita guiada. Caminatas alrededor de las lagunas de Cuicocha o Mojanda, visitas a proyectos comunitarios para convivir con la gente local o paseos a Cayambe o a la Reserva Ecológica El Ángel, son también interesantes salidas para los huéspedes más aventureros, que quizás, incluso, querrán combinar la visita con una estadía paradisiaca en Galápagos o la Amazonía. Cusín tiene proveedores de confianza con quienes trabajan para organizar estos viajes.
Como parte del servicio personalizado de la hacienda, Cusín provee transporte privado las 24 horas del día. Las tarifas varían entre $87 y $112 dependiendo de la cantidad personas. Las habitaciones empiezan en $124 (habitación sencilla) y $186 (triple). La suite presidencial está a $372 la noche, todas incluyen desayuno americano e impuestos. Si los huéspedes desean además alojarse en Quito, Cusín trabaja en alianza con Swissotel, Hotel Quito y Hostal Su Merced (cerca al aeropuerto), y los precios varían entre $205 y $300 (habitación doble con desayuno).
Hacienda & Monastery of Cusin
www.haciendacusin.com